Artistas e intelectuales de la entidad con Alejandro Zapata




CREACIÓN ARTÍSTICA Y POLITICA CULTURAL

La palabra “creación” según el diccionario en su primer acepción viene de crear que significa “hacer que empiece a existir una cosa”, para muchos, como católicos, nos recuerda la sentencia: “y Dios creo el mundo en seis días y el séptimo descanso”, el tumbaburros nos ofrece un tercer significado que se refiere a “producir una obra artística”: como vemos la palabra “creación” es en todas sus acepciones un verbo activo.
Del concepto “Arte” me quedo primeramente con la afirmación de Aristóteles: “Arte es todo aquello creado por el hombre en oposición a la naturaleza” porque indica la aspiración máxima del hombre que es la de hacer alguna cosa, la que sea pero alguna; tocar la puerta, cantar una canción, rayar una pared, bailar en la sala, disfrazarse para representar una historia, dedicar un poema, meter un gol, hacer carambola o chuza. En segundo termino, pero no menos importante, tomo la definición del diccionario: “cualquier actividad humana encaminada a un resultado útil”.
De la conjunción de estas definiciones se desprende que la creación artística en cualquiera de sus expresiones es un acto individual que ejercita la libertad y la imaginación, y que en sus manifestaciones más genuinas se convierte en un acto de rebeldía contra el mundo establecido. El artista responde siempre las preguntas básicas que generación tras generación nos formulamos: ¿quién soy?, ¿por qué estoy aquí?, ¿para qué?
En lugar de buscar una respuesta comprobable y medible como la que la ciencia aporta o espiritual como la que brinda la religión, el arte desea una respuesta lúdica que aprovechándolo todo nos conmueva para seguir vivos; reír, llorar, asustarnos, sorprendernos, añorar, desear, serán emociones que todos los seres humanos deseamos y necesitamos experimentar para afirmar que estamos vivos.
El Arte es el alimento para el espíritu, en las actuales condiciones del régimen mundial del neoliberalismo que padecemos ha sido convertido en producto mercadotécnico, que estandariza una estética e induce a una sola forma de producción determinada por un falso libre mercado; enajenación y consumo son los objetivos de este medio masivo de utilizar las formas artísticas.
Al margen de este estatus quo existe otro mundo de producción artística conformada por creadores artísticos que através de los años han conformado discursos propios, alcanzado excelencia artística y generado formas de producción alterna, estas formas de expresión representan el más genuino sentimiento del colectivo que los engendra, son útiles conciente o inconcientemente, y como decía Shakespeare hacen que el arte “sea un espejo de la realidad”.
En el pequeño entorno de nuestro rancho no podemos substraernos a las directrices mundiales y especialmente a la nacional/federal que determina los criterios, recursos y discursos de la política cultural del estado mexicano. Esta política esencialmente ha sido utilizada como un medio de legitimarse (recordemos que el nacimiento de CONACULTA coincide con el ascenso de Carlos Salinas de Gortari a la presidencia de la republica) y a la tentación de entrar en la historia mediante la obra pública, y si bien, nuestra patria chica, no logra substraerse a esta forma vertical de ejercer la política, si presenta características propias tanto en su idiosincrasia como la particular forma de cumplir los dictados federales.
Un diagnostico de la creación y producción artística en San Luis Potosí nos indica que las mas interesantes y depuradas manifestaciones son resultado de las iniciativas individuales e independientes de la comunidad artística, que por cada peso que el Estado invierte en la creación se gasta dos en la administración, que el divorcio educativo entre las distintas instancias de formación ya es, por decir lo menos, preocupante, que la promoción artística debe ser biunívoca y por cada artista que nos visita uno nuestro debería viajar.
La creación artística esta relacionada de manera indisoluble con dos elementos fundacionales: Educación y Promoción.
La educación exige la inversión a largo plazo, el sinuoso pero inevitable camino para la verdadera transformación social que pueda redituar en cambios que mejoren las condiciones de vida del ser humano, por lo tanto incidir en este basto campo es prioritario; en el ámbito particular de la educación artística es indispensable vincular de manera institucional a los maestros de estas materias dentro de los niveles educativos impartidos por el estado (preescolar, primaria, secundaria, bachiller y licenciatura) para generar una planeación estructurada que permita mejores resultados así como definir lo que debe ser un centro de alto rendimiento.
La promoción de la entidad y el desarrollo que ha tenido la infraestructura cultural del estado en el último sexenio ha sido impresionante pero no son suficientes para consolidar el desarrollo intelectual que lo sustente permanentemente ya que responde a un discurso diseñado por instancias ajenas a nuestra realidad y de manera cupular.
Necesitamos un tipo de promoción basada primeramente en la creación de los públicos, hablo en plural porque el “público” no es uno solo sino diverso como nosotros; en la aparición de una crítica y reflexión periodística del acto creativo; en la incursión en los medios masivos de comunicación; en romper el cerco guachicil e incidir en otros espacios.




Para modificar realmente estas instancias debemos aceptar que es indispensable participar políticamente en la vida social de nuestra sociedad, (ser útiles), ya que lograr transformaciones en este o cualquier otro aspecto de la estructura social requiere de legislación y voluntad política o fuerza política. Ojo, camaradas: política no significa solo y únicamente: “partido político” y “elecciones”… Política es el acto de participación de la polis en los asuntos que le atañen.
Es en este sentido que me dirijo más a la comunidad artística que al candidato para pedirles que como entidad nos preguntemos el sentido de nuestra actividad y las perspectivas de la misma. Pongo a su consideración dos acciones que creo necesarias y posibles; una representa el largo aliento, la tarea a largo plazo:
1.- Una reforma educativa que tenga la capacidad de incidir en las estructuras educativas para su transformación integral, así como la erradicación del analfabetismo en el Estado, para que la poesía cobre nueva vida.
Otra responde al momento inmediato, a la necesidad de consolidación:
2.- Legislar la categoría de Empresa Cultural para dotarla jurídicamente de apoyos y facilidades administrativas y fiscales en las instancias municipal, estatal y federal que signifiquen un verdadero instrumento para una continuidad a largo plazo de esfuerzos autogestivos de diverso índole (academias, centros culturales, radios comunitarias, artesanos, compañías artísticas, galerías, grupos musicales, editores, estudios de grabación auditiva y visual, teatros…), liberándolas del paternalismo que significa el actual sistema de becas que solo genera la lucha a muerte entre los artistas por la obtención de estos magros recursos.
Facilitar la profesionalización del gremio artístico y reformar la educación es obligación del gobierno, porque ayuda a lograr una sociedad diferente: más equitativa, menos corrupta, más feliz.
Lograr que eso suceda es obligación nuestra, el camino siempre será difícil y requerirá el esfuerzo inteligente de todos, pero no dudemos: “la imaginación tomara el poder y los teatros serán de quien los trabaja”. JCR/SLP/28-03-09.